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martes, 11 de abril de 2017

¿CÓMO ENFOCAR EL DOLOR...?


 

                      ¿QUÉ HACER CON EL DOLOR…?   ¿CÓMO ENFOCARLO?    


        En la vida siempre aparece el sufrimiento de una forma u otra. Ante esos días difíciles pensar un poco acerca del dolor quizá nos ayude... Cuál es su sentido, y cómo afrontarlo y sacar provecho de situaciones que nos desbordan. También cómo abordarlo en pareja para que no desestabilice. Es el problema del dolor y su misterio.
                   
     A veces hay situaciones traumáticas que provocan rupturas de pareja, y otras sirven para unir más a esas dos personas. Depende de cómo se afronten. Si nos ayudamos y apoyamos mutuamente, haciendo acopio de generosidad, es una oportunidad para madurar y crecer. Quizá es la forma de hacer un alto en el camino para mirarnos, dedicar tiempo y energía para reflexionar sobre lo importante en nuestra vida que a veces nos pasa desapercibido.



        Es una gran suerte que el amor crece, no sólo con lo bueno, sino también con lo menos bueno, siempre y cuando sobrellevemos unidos esos acontecimientos inesperados de la vida. Todo alimenta al amor: un viaje, una sorpresa, una comida, un regalo, pero también un mal día, una consulta médica, un atender a los niños, una enfermedad, unos malos momentos, o un "fracaso" de cualquier tipo...


    El dolor es un misterio, y nos pone en predisposición de reflexionar. Estamos más acostumbrados a pensar enfocados en la resolución de problemas, pero no tanto respecto a los misterios. Así, al hacer una pausa, lo trivial cede paso a lo importante, y nos puede ayudar. 


     Las dificultades de la vida muchas veces preparan a las personas comunes para metas extraordinarias...




        Además, unido al amor siempre está el dolor, porque el amor requiere sacrificios, renuncias, ausencias…, y la vida conlleva sufrimiento. Pero, cuando se integra con el amor ayuda a superarlo. 


      Un filósofo francés Gustave Thibon, decía que el hombre es "un ser que conoce, que sufre, que ama, que va a morir, y que lo sabe". Una definición muy completa... Sin embargo, u
n pensamiento suyo respecto al dolor y el amor: “Las humildes realidades de la vida cotidiana, el cortejo de pequeños deberes y dolores, no deben alterar la pureza del amor. El verdadero ideal saca savia nueva de esas cosas.” Por eso puede ser una oportunidad para crecer.


       El amor ayuda a mitigar el dolor: le da su fuerza, y sentido, porque formaran parte de la misma realidad. Ese binomio del amor y el dolor. Cuanto más amamos somos más vulnerables y nos exponemos a sufrir más por amor, pero siempre compensa amar. Es una realidad tan rica, que crece al ofrecerlo.


     Un gran escritor, C.S. Lewis, reflexionaba mucho sobre este tema, pues el dolor marcó su infancia. Y luego la Gran Guerra... Como les sucedería a los amigos de tertulias de Los Inklings, que se "rescataron" entre ellos de tanto dolor y sinsentido de la Guerra y la muerte tan cercana.

    En "el mago de las palabras", sobre la vida de JRR Tolkien, E. Segura dice: "Se trataba de juntarse al calor de un buen fuego e intercambiar perspectivas sobre los más variados temas en tertulias que se prolongaban hasta bien entrada la noche, y muy divertidas, llenas de ideas chispeantes e ingeniosas".


      En sus conferencias, Lewis usaba una metáfora muy gráfica: decía que somos como “bloques de piedra” en los que el “escultor” trata de sacar una obra maestra, una persona humana concreta. “Los golpes del cincel, que tanto daño nos hacen, también permiten que seamos más perfectos”. 

                                 



       Él tuvo una experiencia de sufrimiento enorme cuando era niño. Sus padres murieron de cáncer, y eso le dejó una huella muy marcada. Ya mayor, conoció a Joy Gresham, una escritora americana muy sensible y perspicaz, y se enamoró de ella, a pesar de ser mucho más joven. Al poco tiempo a ella le diagnostican un cáncer avanzado.

      Queda muy bien reflejado en Tierras de penumbra”, de R. Attenborough, de la productora Savoy Pictures, Spelling Films, y Price Entertainement. 


      Se ve cómo Joy le enseña a amar y le ayuda a que se deje querer, porque se había creado una “máscara” de protección debido al dolor de su infancia. Desde niño había optado por la “seguridad”, por guardar su corazón, y no tanto por el amor… 




        Ante el diagnóstico inesperado pasan mucho tiempo juntos, y ella le habla de su muerte: le dice que no le quita felicidad, pero lo hace más “real”. Le explica que el dolor que le produciría era parte de la felicidad de ese momento. Que ambas realidades estaban unidas: “ese es el trato.”

      Él la veía sufrir y no podía soportar ver sufrir de ese modo a alguien a quien quería tanto. Entonces eligió el sufrimiento, y no la seguridad. Supo que merecía la pena amar, sin endurecer el corazón, a pesar de poder sufrir lo inimaginable.

     Al poco tiempo ella murió, y él se hacía más preguntas: ¿por qué el amor cuando lo pierdes duele tanto? Ya no tenía respuestas, ya las ideas no servían, quedaba la pregunta vital del sentido de la vida. Y solo tenía las vivencias: algo que a ella le parecía muy importante. Pero la experiencia es una dura maestra…




   Más tarde, pensando sobre ello, escribe: “Nunca se encuentra uno precisamente con el Cáncer, o la Guerra, o la Infelicidad. Solamente se encuentra uno con cada hora o cada momento que llegan. Con toda clase de altibajos: cantidad de manchas feas en nuestros mejores ratos y de manchas bonitas en los peores. No abarcamos nunca el impacto total de lo que llamamos “la cosa en sí misma”. Pero es que nos equivocamos en llamarla así…


     Es increíble cuánta felicidad y hasta cuánta diversión vivimos a veces juntos… Qué largo y tendido, qué serenamente, con cuanto provecho llegamos a hablar aquella última noche, estrechamente unidos”.


  
      Forman las “dos caras” del amor: de ese "binomio amor dolor" que señalara el profesor Oliveros F. Otero. No se puede amar verdaderamente sin sufrir, pero por otra parte, el amor se hace más patente en momentos sufrimiento. Por eso se dice que el dolor es la “piedra de toque del amor”, donde se nota de veras si hay amor.

     Hay que saber unir esas dos realidades para que el dolor cobre sentido y no nos destruya; para que el amor nos dé su fuerza. Recubrir el dolor con amor para sobrellevarlo mejor.





      Por eso, un dolor inesperado puede alimentar al amor en pareja, en familia, y puede unir más. El secreto está en compartirlo y llevarlo juntos. Además, cuando hay sintonía afectiva las alegrías se hacen mayores, reverberan de uno a otro y aumentan; y las penas sin embargo disminuyen. 




     La vida es la gran oportunidad para aprender a amar, 
para engrandecer el corazón, 
y bien enfocado, 
el dolor incluso nos puede ayudar...





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Mª José Calvo
Optimistas Educando y Amando 
Dejo el artículo publicado en #HacerFamilia ¡¡Gracias!!








Algunos enlaces relacionados por si te interesa algún tema:






 * 7-tips-para-cuidar-el-amor 

 * Los 4 pilares del amor 
                                               

                                           

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